Un breve relato de como sane de la diabetes

Por siempre, daré gracias a Dios. Al Dios del pueblo de Israel, al Dios de Abraham, Moisés y Jacobo, el Dios de los reyes David y Salomón. Siempre voy a agradecer a Jesucristo, por los meritos de la infancia del Divino Niño Jesús. Por siempre y para siempre, gracias Espíritu Santo por el milagro de curar mi diabetes. Yo bendigo al Santo Padre por permitirme cargar a lo largo de 25 años una enfermedad incurable, y recibir la maravillosa curación. Gracias Señor. Sé que es difícil de creer, principalmente para los escépticos, quienes no creen en los milagros. Por favor, les invito a continuar leyendo esta historia bajo dos perspectivas. En primer lugar, dentro de su incredulidad y, en segundo lugar, los invito a explorar su propia capacidad de fe. La fe es algo que a veces no se puede explicar con palabras. Para algunos, la fe es sólo unir dos letras del alfabeto. Sin embargo, la fe no tiene significado cuando se dice con la boca y está desconectado del corazón. La fe es creer, esa es la clave del milagro. Pero, cómo lo puedes obtener? En primer lugar, tienes que pedirlo al Espíritu Santo. No se puede tener fe si no te llenas del Espíritu Santo. Quizás te preguntes donde esta el Espíritu Santo? ¿Necesito ir a mi iglesia? ¿Cómo puede obtener la fe? Es tan simple como difícil. Recuerde que la clave es creer. El Espíritu Santo está ahí a tu alrededor. Mirar! Detén la lectura y cierra los ojos, y pídele un poco de fe. ¿Cómo? En tus propias palabras, o si lo prefieres pronuncia lo siguiente: "Yo reconozco al Dios del pueblo de Israel como a mi propio Dios, Yo reconozco al Dios de Abraham, Moisés y Jacobo como a mi propio Dios, y reconozco al Dios de los Reyes David y Salomón como a mi propio Dios. Espíritu Santo, te ofrezco mi cuerpo para que lo llenes con tu presencia. Ofrezco mi boca y pensamientos para que hables por mí; por eso elevo mis plegarias a ti. Amen."Recuerde tener fe es creer. Ten en cuenta que si reniegas del Padre Todopoderoso no pasó nada, si reniegas del Santo Hijo no pasó nada, pero si reniegas del Espíritu Santo, no obtendrás fe, por lo tanto, todo lo que pidas en la oración, no se te será concedido. Es lo mismo que si tienes un potente auto en medio del desierto, pero sin gasolina, no es útil en lo absoluto. Necesitas gas para salir del desierto. Una persona debe tener fe para que la oración sea escuchada. La fe viene del Espíritu Santo, porque Dios es Espíritu. La fe pasa a través de tu mente, sin embargo, se almacena en tu corazón. "Quien entre los hombres puede saber lo que hay en el corazón del hombre, sino, solo el Espíritu que esta dentro del hombre? De la misma manera solo el Espíritu de Dios sabe lo que hay en Dios." (Corintios I: 2.11) Una vez más te digo, la fe es creer, pero también debes de sentirlo dentro de ti mismo, es decir debes de abrir tu corazón a Dios, porque el Espíritu viene de Dios. Una vez que hayas recibido un poco de fe, entonces estarás listo para usar tu poderosa arma: la oración. Sin embargo, una oración sin fe, es, como un árbol hueco. "Quien no es espiritual no acepta las cosas que son del Espíritu de Dios, por que para el son tonterías. Y tampoco las puede entender, por que son cosas que se tienen que juzgarse espiritualmente."(Corintios I: 2.14) Por lo tanto, he considerado que mi primer paso para curar la diabetes seria depositar mi fe en el Espíritu Santo. Más tarde, decidí orar seis horas ininterrumpidas. Antes, ya había hecho una ronda de oración de seis horas ininterrumpidas. Cómo sane de un dolor artrítico de mi mano derecha. (Este testimonio se ha publicado. Favor de chocarlo en este mismo blog) me preguntaba que si ya había recibido un milagro, podría recibir un segundo milagro a través de la oración. También previamente he descrito el proceso para hacer una oración el cual sea publicado en este blog, y uno de esas etapas del proceso fueron una preparación espiritual y mental, así como el ayuno Durante 30 días, me prepare mental y espiritualmente antes de iniciar mi jornada de oración de seis horas ininterrumpidas, A lo largo de 27 días, repetía en mi mente este pensamiento: "En el nombre de Jesucristo, Ofrezco mi ayuno al Santo Padre, a Dios Hijo y al Espíritu Santo”. Bueno, tres días previos a mí jornada de oración de seis horas ininterrumpidas, empecé el ayuno. Es ocioso mencionar, cuan difícil es para la gente diabética no comer nada, yo no fui la excepción. En el pasado, si yo no comía nada en las siguientes horas después de mi primera comida me pegaba un terrible dolor de cabeza. En cuanto a mi preparación espiritual, cada noche antes de ir a la cama, meditaba esta oración: "Espíritu Santo, te ofrezco mi cuerpo para que lo llenes con tu presencia. Te ofrezco mi corazón que entres en el. Te ofrezco mi boca y pensamientos para que hables por mí. Acompáñame esta y todas las noches hasta el momento de mi jornada de oración de las seis horas ininterrumpidas. Amén " Estimado creyente. Te preguntaras la razón por la que me puse en ayuno. La respuesta es por una limpieza espiritual, y estar listos para recibir al Espíritu Santo. Puse en mi mente este pensamiento cada día. "Espíritu Santo, te ofrezco mi cuerpo para que lo llenes con tu presencia". Por lo tanto, si había invitado al Espíritu Santo de entrar a mi cuerpo luego entonces, "la casa debería estar limpia." Entiendo que si la iglesia es el cuerpo de Jesús, católicos y cristianos son el templo donde Dios habita. Yo creía eso, así como a través de la fe podría curar la diabetes. La fe mueve montañas. La fe hace milagros, pero quien realmente hace milagros es el Espíritu Santo. Una vez más, te digo una oración sin fe es como un árbol hueco. Yo sane de la diabetes a través del poder de la oración. La oración alimenta al espíritu. La oración es apta para niños y adultos, ricos y pobres. La oración no es un privilegio de las clases sociales. La oración no es un símbolo, sino que simboliza la paz y la buena voluntad, la oración no es una organización social, pero se unen a ella millones de personas en el mundo. La oración no es una fuerza militar, pero es el arma más poderosa en el mundo. Sin embargo, una oración sin fe es como un árbol hueco En la siguiente entrega, voy a hablar de la Jornada de Oración de las Seis Horas Ininterrumpidas divididas en una hora cada una. Sólo recuerda, debes de creer. Debes de tener fe. Esa es la clave.